Normalmente, el cerebro toma la información a través de los sentidos y los almacena para usarlos más tarde. Antes que el niño comience a escribir, el cerebro rescata la información de su memoria a corto o a largo plazo y la organiza para comenzar a escribir.
Sus principales causas varían y pueden ser:
Neurológicas
En ocasiones la disgrafía se produce como consecuencia de una deficiencia neuronal que le impide organizar correctamente la información que tiene guardada y por eso no puede plasmarla por escrito
Psicomotrices
No todos los niños desarrollan las habilidades psicomotrices con la misma precisión. Cuando hay alguna alteración en este desarrollo, algunos niños no pueden coordinar bien los movimientos del brazo y de la mano y eso hace que escriban más lentos
Ambidextros
Un caso especial de disgrafía se presenta en niños ambidextros o zurdos a los que se les ha enseñado a escribir con la mano derecha
Genéticos
Otra de las causas de la disgrafía es el factor genético, por lo que cuando uno de los progenitores presentó disgrafía es necesario que se lo evalúe.
Sin embargo, existen otros factores que pueden influir en la presencia de disgrafía, ejemplo: Si el niño nace con cianosis neonatal o de manera tardía, puede que desarrolle retraso psicomotor (hablar, caminar, etc.) y por ende necesitará realizar actividades de estimulación temprana.
Sus síntomas no son raros, especialmente en los niños de edad escolar que están comenzando a aprender a escribir. Es importante que los padres detecten a tiempo esta condición ya que puede provocar en el niño depresión y ansiedad.
Deseo compartir contigo 11 síntomas de alerta que te ayudarán a identificar esta condición en tu hijo menor de edad o adolescente:
- Mala letra acompañado de rechazo a la escritura
- Dolor y cansancio en los músculos de la mano
- Toma dictado o copia los textos con lentitud
- Se le complica escribir sobre una línea y dentro de los márgenes
- Tiene problemas para leer mapas, dibujar o reproducir formas
- Se le dificulta sostener un lápiz correctamente, hacer trazos, cortar la comida, atarse los cordones de los zapatos, armar rompecabezas, entre otros
- Le cuesta cortar papel con tijeras
- Puede deletrear con facilidad de manera oral, pero comete errores al escribirlo
- Mezcla letras mayúsculas y minúsculas
- Generalmente, escribe oraciones muy largas
- No organiza las palabras en la página, de izquierda a derecha
Estos síntomas varían dependiendo de la edad del niño. Por ello, recomiendo a los padres de familia y a los maestros practicar ejercicios de motricidad fina y coordinación visual (jugar con plastilina, pintar, etc.).
Es importante no hagas las tareas a tus hijos, especialmente si tienen entre 3 a 5 años. En esas edades ellos aprenden a rasgar, corrugar, colorear, picar, entre otras actividades escolares, que favorecerán el desarrollo de su psicomotricidad.
La detección temprana, el diagnóstico y un correcto tratamiento de la disgrafía requiere la intervención de un equipo multidisciplinario. El psicopedagogo evalúa, diagnostica y trata; pero si los tests indican que hay cuadros de depresión o ansiedad, el paciente requerirá la atención del psiquiatra. El tratamiento dura alrededor de 6 meses, el cual mejorará el desempeño estudiantil y la autoestima del niño o adolescente.