Las cifras de la OMS indican que de los 50 millones de personas que padecen epilepsia en el mundo, solo el 70% de los casos responde al tratamiento. La epilepsia se caracteriza generalmente por presentar convulsiones; estas convulsiones, son episodios causados por descargas eléctricas de un grupo de células cerebrales que suelen acompañarse por la pérdida de la conciencia y del control de los esfínteres.
Por otro lado, las causas de la epilepsia tienen su historia y trayectoria, originadas por daño cerebral o lesiones prenatales (asfixia o traumatismos durante el parto, bajo peso al nacer), malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones cerebrales asociadas, traumatismo craneoencefálico, accidente cerebro vascular, infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis y tumores cerebrales.
Cuando una persona sufre de una crisis de epilepsia generalmente esta cae al suelo, saca la lengua de la boca y presenta convulsiones y movimientos extraños, ante este escenario debe seguir las siguientes recomendaciones:
- Trate de evitar que la persona con epilepsia se muerda la lengua, utilice algo que separe sus dientes
- Observe su comportamiento
- Acueste al paciente
- Observe si las uñas y dedos adquieren una coloración púrpura o morada, si es así, el paciente requerirá oxígeno
- Si la crisis dura 5 minutos deje al paciente tranquilo hasta que este se recupere
- Si dura 20 minutos y el paciente está soñoliento, trasládelo de inmediato a la emergencia del hospital más cercano
La prevención de los traumatismos craneales es la forma más eficaz de evitar la epilepsia postraumática. Además, una atención perinatal puede reducir los nuevos casos de epilepsia causados por lesiones durante el parto.