Direccionando la atención al individuo con enfermedades mentales, debemos tomar en cuenta recursos terapéuticos que aborden esas patologías no sólo en el aspecto biológico sino también en la esfera psicosocial y que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida, recuperación de su autonomía y conservación de su estabilidad.
Existe actualmente un nuevo modelo de atención en psiquiatría y salud mental. Una de las técnicas incluidas en él es el teatro. Este arte que tiene el poder de mover, inspirar, transformar y educar en formas que ningún otro arte puede, usa técnicas de manejo emocional y otras habilidades dramáticas que han sido estudiadas en la psicología, para tratamientos que aportan en la rehabilitación de personas con trastornos psiquiátricos y con problemas de adicción. Es valioso y puede beneficiar al ser humano en diversas áreas.
El teatro logra que un grupo de personas con enfermedades mentales pueda:
1. Mejorar funciones cognitivas: la atención, la memoria, la orientación, la afectividad y otras.
2. Desarrollar habilidades sociales.
3. Mejorar su autoestima.
4. Manifestar sus emociones y sentimientos.
5. Trabajar la confianza.
6. Controlar la ansiedad.
7. Llegar a metas.
Todo lo que se haga por dar la mejor atención a los pacientes será incompleto si no se cuenta con la ayuda de los sectores de la sociedad. Todos debemos comprometernos en una lucha permanente por la desestigmatización de la enfermedad mental. Es un camino largo por recorrer pero, mientras estemos en él, se sumarán más personas para acompañarnos y llegar a la meta final que es la reinserción familiar, social y laboral de las personas con enfermedad mental.